El servicio es pésimo, hay que estar detrás de los camareros porque cuando no falta un tenedor, falta una servilleta, y sino el aceite para la ensalada....
El vino, un tinto reserva de Navarra, caliente,a temperatura ambiente de la calle (plena ola de calor en Madrid), por lo que tuvimos que pedir una cubitera para poder refrescarlo un poco.
En cuanto a la comida, no vale lo que cuesta, la salsa de Pedro Ximenez parecía mermelada, y el magret de pato una suela de zapato, y el resto de la comida bastante insípida.
En cuanto al precio dos primero, dos segundos, el vino y los cafés fueron 59 €, caro teniendo en cuenta la relación calidad precio.
El restaurante esta en la C/ Libertad, 21
0 comentarios:
Publicar un comentario