Siempre es un buen momento de visitar Italia. Aquí os propongo una escapada de una semanita a una Italia un poco diferente, pero muy recomendable y fácil de organizar. La mejor época es primavera-verano (pero si vais en agosto os encontraréis con una ventaja a saber: los habitantes de Nápoles están de vacaciones, por lo que la ciudad deja de ser esa locura de tráfico con la que os encontraréis en otro momento).
Se puede volar hasta Nápoles y tomar allí el punto de referencia del viaje. Si es posible, no reservéis hotel cerca de la estación de tren, pues esa zona es como si estuviéseis en Túnez, Marruecos...bastante caótico y creo que algo inseguro; es mejor alojarse cerca del puerto-castel nuovo. El transporte público (autobuses y metro) dentro de la ciudad funcionan bien, por lo que podréis moveros con facilidad. Os aconsejo que compréis una tarjeta que te permite utilizar el transporte público en toda la zona y os hace un descuento en la entrada de museos y ruinas romanas.
Nápoles es diferente, deja a un lado la glamurosa Italia para adentraros en los "bajos fondos". Si vais sabréis a lo que me refiero. La ciudad en sí no tiene mucho más que ver, salvo el museo arqueológico, donde conservan una maqueta de Pompeya fantástica así como piezas procedentes de esa ciudad.
Desde Nápoles se pueden hacer, entre otras visitas, las siguientes:
- Las ciudades romanas de Pompeya y Herculano. Ambas ciudades están comunicadas desde Nápoles si tomáis el tren "circunvesubiano", que es como el cercanías de allí. Se tarda en llegar una media hora a Pompeya y un cuarto de hora a Herculano. Necesitaréis un día para cada visita.
- Se puede subir al Vesubio.- Tienes que ir mediante una "excursión organizada". Desde Herculano o Pompeya (en ese momento debéis preguntar, porque cambian cada dos por tres de lugar de inicio) hay unos autobuses "privados" que te llevan al pie del volcán y subes andando, una media hora aproximadamente, pero el camino es muy fácil. Puede que haya más de una agencia de autobuses que lo organice, así que pedid presupuestos en ellas.
- Capri, o la isla Ischia (ésta es más pequeña y menos conocida). Se va en barquito desde el puerto de Nápoles, y tardan más o menos una hora. Los horarios son "orientativos", vamos, que el día anterior preguntas a qué hora sale el barco, pero al día siguiente coges el primero que salga. Puedes ir a pasar el día en la isla (yo fui a Capri, me encantó).
- Costa Amalfitana.- Se puede visitar Sorrento, Amalfi, Positano. Desde Nápoles se puede ir en barco o en autobús. Bueno, lo del barco es un poco atrevido decirlo (yo intenté ir cuatro días seguidos y ninguno de ellos salió el barco, porque decían que el mar estaba bravo????), así que es más seguro coger un autobús (bueno, o alquilar un coche, claro). La carretera es realmente terrorífica, muy estrecha, al borde del mar, y con unas curvas tremendas (en el autobús en el que iba, estaban vomitando al tiempo tres ó cuatro personas) pero con unas vistas fantásticas. Si podéis hacer noche en uno de estos sitios, mejor.
- Visita al templo de Pestum.- Está más lejos, se puede ir si os sobra tiempo.
Precisiones-consejos.-
- La famosa Pizza Napolitana.- Sólo tiene tomante y mozarella, vamos, que no la pidáis que no está nada buena, parece que se les olvidó rellenarla.
- Los horarios en todos los transportes son "orientativos", así como los lugares desde donde se pueden iniciar excursiones, así que hay que ir con mucha tranquilidad.
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